Debido a los -en ocasiones enormes- destrozos que están provocando las copiosas precipitaciones de esta temporada de lluvias, y que tanto daño están haciendo en las ya de por sí débiles infraestructuras hondureñas,... nos estamos encontrando de frente con un gran problema, de no menos importancia que la paliación de los efectos destructivos de las riadas: La prevención de nuevos desastres en próximos aguaceros (y no debemos descartar algún eventual huracán).
Así pues, nos hemos puesto a echar una mano desde el CODEMH (Comisión de Emergencias) de Valle de Ángeles, donde también las lluvias han hecho mucho daño, castigando, como suele suceder, a las viviendas más débiles.
Y lo que nos hemos encontrado en las denominadas "zonas de riesgo" es un panorama desolador: Por un lado, no se deja de construir en los escapes naturales del agua, pese incluso en algunos casos a las advertencias por parte de la Municipalidad, los bomberos u otras entidades:
En otros casos, las viviendas, ya acabadas y habitadas, ocupan dichos pasos naturales del agua, y es urgente la habilitación de canalizaciones para prevenir los efectos de próximos aguaceros:
De hecho, el agua ya ha comenzado a buscar nuevos caminos, por los laterales o por debajo de las viviendas, con lo que reblandece los cimientos de éstas y aumenta el peligro de derrumbe.
Así pues, y salvo intervenciones inmediatas de realojamiento, rehabilitación y prevención, nos enfrentamos a nuevos desastres cuando cualquier día de éstos la naturaleza vuelva a descargar su furia en forma de onda tropical, de aguacero, ciclón, huracán o como prefieran llamarle.
Con las presentes imágenes, simplemente pretendemos llamar la atención sobre una situación que se repite con demasiada asiduidad en nuestra maltratada Honduras... cada vez que la falta de prevención e información por parte de los propietarios, la dejadez o imposibilidad de algunos poderes públicos a la hora de tomar medidas sobre la ubicación y construcción de las viviendas e infraestructuras, el tipo de suelos arcillosos que predominan en las laderas de nuestras montañas y porqué no decirlo, en ocasiones el infortunio... forman un cóctel mortal cada vez que llega la temporada de lluvias.
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